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viernes, octubre 23, 2015

Sólo Niños (Reflexión)

Estoy seguro que cuando se llegue al cielo habrá un letrero que cite: SÓLO SE PERMITEN NIÑOS; hay tantas virtudes en estos inocentes y pequeños terrícolas, que no me sorprende que Jesús haya dicho que para entrar al cielo se necesita ser como un niño, y estoy seguro no es por babear, llorar o ‘‘hacerse encima’’. Sino por la bondad, sencillez y la confianza que descansa en estos pequeños.

Humildad 

Los niños no tienen nada que presumir, por más bonitos que los pongas para cualquier fiesta terminaran sucios y desarreglados; no les importa como los demás lo ven, solo les interesa el aprecio de sus padres y sabe que ellos no podrán excusa para amarle; se acercan a ti con toda sencillez, disfrutando no importa donde estén o si es mucho o poco lo que haya en ese lugar.

Por ese tiempo, los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron: 
 — ¿Quién es el más importante en el reino del cielo? Jesús llamó a un niño pequeño y lo puso en medio de ellos. Entonces dijo: —Les digo la verdad, a menos que se aparten de sus pecados y se vuelvan como niños, nunca entrarán en el reino del cielo. Así que el que se vuelva tan humilde como este pequeño es el más importante en el reino del cielo. 
 Mateo 18:1-5 NTV

Benignidad

Algo que me encanta en los niños es la inocencia, sin importar quién eres procuran tu bien y en su corazón no hay malicia alguna, es como si la bondad con la que Dios nos crea aún no ha sido adulterada en ellos. Los niños son confiables y amables, y no tienen impulsos a hacer algún mal.

Hermanos, no sean niños en su modo de pensar. 
 Sean niños en cuanto a la malicia, pero adultos en su modo de pensar. 
 1 Corintios 14:20 NVI 

Fe 

WOAH! La confianza ciega de los niños! He escuchado varias veces ya: Los niños en verdad viven por fe. Todo hemos visto a nuestro hermanos menor, o hasta nosotros mismos, pidiendo algo a nuestros padres, lo hace con tal seguridad de que lo va a recibir que siquiera le deja espacio a la duda, pide sin ningún remordimiento o vacilación y recibe de inmediato. Max Lucado escribió una vez: ‘‘Vive como un niño; juega mucho, ríe mucho y déjale las preocupaciones al Padre.’’ 

Entonces, ¿Por qué no ser sólo niños? ¿Por qué no ser tan sencillos, bondadosos y confiados como estos pequeños? , aprendiendo a amar a grandes y chicos, a no buscar posiciones egoístas en ningún lugar sino a servir con simplicidad, y confiar ciegamente en Dios como nuestro Padre, y en Cristo como nuestro salvador, entendiendo que es todo lo que necesitamos. Los niños heredaran el cielo por su credulidad y buen corazón, al fin y al cabo somos salvos por la fe en Cristo y no hay nadie mejor para creer que un niño. Aún sigo creyendo que un día veré ese letrero en el cielo, como niño quiero creerlo.
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