Tras nueve meses encarcelados en Nicaragua, una docena de pastores evangélicos y un laico católico fueron liberados en un acuerdo entre el gobierno de Daniel Ortega y Estados Unidos.
Acusados de lavado de dinero y "traición a la patria", los religiosos denunciaron condiciones duras de prisión —sin Biblias ni visitas familiares— pero afirmaron que su fe se fortaleció. Su líder, José Luis Orozco, relató cómo Dios le prometió que "un viento del norte rompería sus cadenas", antes de ser excarcelados y exiliados a EE.UU. y España.
La liberación ocurre en medio de una creciente persecución religiosa en Nicaragua, donde el régimen orteguista ha intensificado la represión contra líderes cristianos desde las protestas de 2018.
Abogados y organismos internacionales denuncian hostigamiento, arrestos arbitrarios y vigilancia a iglesias, mientras comunidades católicas y evangélicas resisten con ayunos y asistencia a la población.
La excarcelación de estos pastores alivia una crisis, pero la tensión entre el gobierno y las comunidades de fe sigue latente.
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