Los conductos fueron encontrados en las montañas que bordean la ciudad de Bashiqa, en la norteña provincia de Ninawa, a los que tuvo acceso el periodista español Antonio Pampliega del portal Sin Filtros. En el interior del túnel, de varios cientos de metros de largo, se encontraron alimentos, algunos medicamentos e incluso contaban con un televisor para su entretenimiento.
Además se encontraron bolsas del Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas, y Pampliega afirma que el alimento destinado a los civiles acababa en manos de los terroristas. Asimismo se informa que los pasajes subterráneos habrían sido cavados por esclavos kurdos o cristianos.
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