Leyendo un devocional hace unas semanas no paraba de encontrar versos donde se me recordaba cuanto Dios me amaba, que si pusiera uno por uno aquí literalmente te cansarías leer. No pude dejar de sentirme mal, y perdón por ir al punto tan rápido; pero a pesar de que yo mismo elegí ese devocional para ‘‘realimentar’’ mi amor por Dios, termine viendo que no merecía nada de ello, parece algo paradójico, pero a ver si me explico.
La verdadera esencia del amor a Dios es que él nos amó primero, a pesar de nuestros pecados, y ¡eso está genial! A primera instancia, sin importar como llegues a conocer este amor, podrás sentirte muy agradecido, en cambio cuando ya estás relacionado con esta misericordia y amor y cometes un error puedes llegar a sentirte muy mal, esto hasta que no se llegue a abusar de la gracia o a alejarte de esta, está bueno también.
Por tanto, imiten a Dios, como hijos amados. Vivan en amor, como también Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros, como ofrenda y sacrificio a Dios, de aroma fragante.
Efesios 5:1-2 RVC
Es bueno saber que no somos salvos por cosas que podemos hacer, sino sería un desastre, nuestra fe no puede estar puesta en cualquier cosa, sino en Jesús y en el regalo de Dios a través de su hijo, somos salvos porque él se puso en nuestro lugar para ser castigado por nuestros pecados y aunque no podemos pagar esto de ninguna manera, si podemos hacer mucho al respecto. Es bueno recordar esto siempre, como es bueno también, saber que alguien te ama a pesar de que eres una mala persona.
Pero Dios, cuya misericordia es abundante, por el gran amor con que nos amó, nos dio vida junto con Cristo , aun cuando estábamos muertos en nuestros pecados (la gracia de Dios los ha salvado),
Efesios 2:4-5 RVC
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