Decenas de miles de personas se reunieron bajo una imponente cruz de 110 pies en Wilkesboro, Carolina del Norte, con un único propósito: buscar a Jesucristo. El resultado fue nada menos que milagroso.
Aunque las cifras oficiales aún se están contabilizando, los organizadores de FaithFest informan con alegría que más de 1.000 personas tomaron la decisión de entregar sus vidas a Jesús, y aproximadamente 100 fueron bautizadas en el acto, con la promesa de que ese número seguiría creciendo.
El evento, que por primera vez agotó todas sus entradas, dejó una huella eterna. Los organizadores compartieron: "Todavía estamos sin palabras... Vimos un impacto eterno. Salvaciones. Rededicaciones. Bautismos. Restauración. Renacimiento. El Espíritu del Señor recorrió este lugar de una manera que nunca olvidaremos. ¡Alabado sea Jesús!"
El pastor Greg Laurie fue el orador principal, compartiendo su testimonio de cómo Dios lo rescató en su juventud. Laurie reflejó: "Debe haber habido más de 50.000 personas durante las dos noches... Al menos 1.000 se comprometieron a seguir a Cristo". Para atender la abrumadora respuesta, se repartieron más de 1.000 Biblias para nuevos creyentes directamente en sus lugares.
La organización Samaritan's Purse, de Franklin Graham, fue una de las patrocinadoras del evento. Graham celebró la noticia declarando: “Damos gracias a Dios por todos aquellos que tomaron la decisión de apartarse de sus pecados y poner su fe en Jesucristo. Sus vidas cambian para la eternidad”.
Este fin de semana no fue solo un festival; fue un poderoso recordatorio de que el mensaje de la cruz sigue transformando vidas hoy.
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