Iglesia adora a Dios entre los escombros del hogar de su pastor destruido por misil ruso

Pastor ucraniano y su congregación se reúnen para cantar a Dios tras sobrevivir a un bombardeo ruso.

En medio de la desolación y los escombros de lo que fue su hogar, el pastor Mark Sergeev, junto a su familia y los miembros de su congregación, elevó un canto de gratitud a Dios. Su casa en Kyiv fue completamente destruida por un misil ruso el pasado domingo, pero su respuesta no fue de desesperación, sino de adoración.

El domingo por la mañana, durante uno de los ataques masivos más recientes de Rusia, un misil impactó cerca de la residencia del pastor de la Iglesia Ecclesia. “Escuché un ruido, luego un ruido sordo y mi esposa comenzó a gritar: '¡Los niños, los niños!'”, relató Mark a CNN. La explosión destruyó la vivienda y los dos vehículos de la familia, pero milagrosamente, el pastor, su esposa y sus tres hijos sobrevivieron ilesos.

“Un trozo del misil que impactó hoy, esta es mi casa. Mis hijos estaban dentro y gracias a Dios todos estamos vivos”, informó el pastor en un video grabado en medio de la escena de destrucción. “Estoy profundamente agradecido de estar vivo. Es un milagro de Dios”.

Para la familia Sergeev, esta tragedia es una dolorosa repetición. Años atrás, se vieron forzados a abandonar su primer hogar en Melitopol debido a la ocupación rusa. Ahora, la guerra los ha alcanzado de nuevo, dejándolos sin techo por segunda vez.

Sin embargo, la respuesta de la comunidad fue inmediata y poderosa. Miembros de la Iglesia Ecclesia acudieron al lugar para ayudar a rescatar las pocas pertenencias que sobrevivieron al impacto y al posterior incendio. Poco después, en un acto de fe conmovedor, se reunieron sobre las ruinas para alabar a Dios por haber preservado la vida de su pastor y su familia.

Los videos compartidos en redes sociales muestran a la congregación cantando el himno “A Él la gloria” en ucraniano, con sus voces resonando entre los restos de la casa. “Cantamos sobre las ruinas, pero nuestros corazones están llenos de gratitud. La casa está destruida, pero la gente está viva”, declaró uno de los miembros. “Dios preservó la vida donde estaba la muerte y lo alabamos porque Su misericordia es mayor que cualquier desgracia”.

La iglesia ha iniciado una campaña de recaudación de fondos para ayudar a la familia Sergeev y a otras dos familias de la congregación que también perdieron sus hogares en el mismo ataque. El mensaje de la comunidad es claro: aunque los misiles pueden destruir edificios, no pueden destruir la fe ni la esperanza que los mantiene unidos.

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