En medio de uno de los partidos más esperados de la Semana 7 de la NFL, entre los Tampa Bay Buccaneers y los Detroit Lions, una escena de fe y compasión conmovió a miles de espectadores.
El pasado lunes (20), el jugador Mike Evans sufrió una fractura de clavícula durante el juego, lo que detuvo el ritmo del encuentro. En ese momento, su compañero de equipo Emeka Egbuka, conocido por su fe cristiana, se arrodilló en el campo y comenzó a orar por la recuperación de su amigo.
Mientras los médicos asistían a Mike, Egbuka permaneció de rodillas, clamando al Señor por sanidad. Su gesto tocó profundamente a los presentes y se volvió viral en redes sociales, donde muchos destacaron la valentía de mostrar la fe en público.
En una entrevista posterior, Emeka compartió:
“Fue lo peor. Mike es un líder de equipo, mi amigo cercano. Corrí hacia él y estaba inconsciente por un rato. Entonces oré para que despertara”.
Con humildad, añadió que sintió que ese momento fue una oportunidad para glorificar a Dios:
“Siento que este es mi propósito, mi llamado, dar todo al Señor en ese momento. Miras las Escrituras y ves cómo Dios hace milagros. Él es el mismo desde el principio de los tiempos”.
Aunque la lesión de Evans fue un golpe para el equipo, Egbuka afirmó que confía plenamente en el poder de Dios para restaurar a su compañero:
“Sé que está en manos del Señor. Espero que este sea un tiempo para que él se acerque más a Dios”.
El gesto de Emeka Egbuka recordó al mundo del deporte que la oración sigue siendo una poderosa herramienta y que incluso en medio de la competencia, la fe puede ser testimonio del amor y el poder de Cristo.

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