El exfutbolista brasileño Kaká compartió un poderoso testimonio sobre cómo encontró su verdadera identidad en Cristo durante los momentos más difíciles de su carrera deportiva.
En una predicación realizada el pasado viernes en la Iglesia de la Familia de Sorocaba, São Paulo, el campeón del mundo elegido mejor jugador en 2007 reveló que fue en medio de la crisis y no en la gloria cuando comprendió su propósito verdadero.
De la gloria a la crisis
Criado en un hogar cristiano, Kaká enfrentó dos momentos cruciales que marcaron su fe: a los 18 años sufrió una grave fractura cervical que lo alejó de las canchas durante meses, y posteriormente, durante su etapa en el Real Madrid, vivió una temporada de frustración y crisis de identidad.
"Fue a través de la presencia de Dios en mi vida que tuve esta firme convicción de que no era ni el mejor del mundo ni la peor contratación del Real Madrid, era un hijo de Dios", declaró ante cientos de personas que llenaron el templo, incluyendo familias completas sentadas hasta en los pasillos.
Un propósito más grande
El exjugador enfatizó que su fe no es un simple agregado moral, sino el centro de su existencia. "El propósito no era exaltarme, sino lo contrario. Todo lo que yo estaba haciendo era para la gloria de Dios", afirmó.
Kaká recordó cómo experimentó "una paz que sobrepasa todo entendimiento" cuando estaba al borde del abismo deportivo, sin saber qué futuro le esperaba. Esa experiencia le permitió comprender que su identidad no dependía del rendimiento, los goles o los premios, sino de su relación con Dios.
Un llamado a redefinir el éxito
Durante su mensaje, el deportista exhortó a los hombres cristianos presentes a confiar en la bondad del Padre y a reconocer que la profesión y los logros son extensiones de quiénes somos, pero no deben definirnos.
Kaká también mencionó que ha estudiado teología de manera reservada, aunque aclaró que no se considera pastor. Desde que dejó la Iglesia Renacer en Cristo, no revela públicamente a qué congregación asiste, pero acepta invitaciones para compartir su testimonio en diferentes iglesias.
Su mensaje resuena especialmente en el contexto latinoamericano, donde muchos cristianos enfrentan desafíos sociales, económicos y culturales, ofreciendo un llamado a la verdadera libertad en la fe: conocer la identidad de hijo de Dios y redefinir el éxito desde la adoración y la coherencia.

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