El fiscal general de Nueva Gales del Sur (NSW), Michael Daley, reafirmó en una sesión parlamentaria que está prohibido orar por personas que luchan con problemas de identidad sexual, incluso si ellas mismas lo solicitan.
La confirmación encendió la polémica luego de que Lyle Shelton, director nacional del partido político Family First Australia, denunciara que esta medida constituye un ataque directo a la libertad religiosa.
Shelton advirtió que padres, pastores, familiares o amigos podrían ser sancionados por orar con alguien que pide ayuda espiritual para seguir la Palabra de Dios.
“Orar con o sobre una persona en particular con el fin de intentar cambiar o suprimir su sexualidad o género es ilegal. Si es una oración ilegal, entonces no es una oración legal”, citó el comunicado de Family First sobre las palabras del fiscal Daley.
Shelton respondió señalando que “la oración siempre ha significado un cambio; de circunstancias, de corazones, de vidas. Criminalizar una oración que alguien pide es una asombrosa extralimitación del poder estatal en la vida privada y espiritual de los ciudadanos”.
Asimismo, hizo un llamado a líderes de iglesias y personas de fe a no dejarse intimidar por la ley, recordando que la iglesia primitiva oró con valentía pese a las amenazas (Hechos 4:29).
Finalmente, aseguró que Family First presentará legislación para restaurar el derecho a orar por cualquier persona que así lo solicite.
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